Karl Otto Lagerfeld, nacido en Hamburgo, Alemania, el 10 de septiembre de 1933, fue más que un simple diseñador de moda: fue un visionario, un ícono y una fuerza que ayudó a dar forma y definir el mundo de la moda durante más de medio siglo.

El hijo de un próspero empresario de la leche condensada y una madre violinista, Lagerfeld cultivó su amor por la moda desde una temprana edad. A los 14 años, abandonó su hogar en Alemania y se trasladó a París, donde su talento para el diseño fue rápidamente reconocido. En 1954, a la temprana edad de 21 años, ganó el primer premio en la categoría de abrigos del Concurso Internacional de Diseño de Moda, lo que le abrió las puertas al mundo de la alta costura.

En una entrevista con la revista New Yorker en 2007, Lagerfeld habló sobre su temprana pasión por la moda: “Sabía exactamente lo que quería. Sabía exactamente lo que tenía que hacer. No estaba interesado en nada más”.

Karl Lagerfeld era tan conocido por sus diseños como por su agudo ingenio. Entre sus citas más célebres, dijo una vez: ‘La moda es una lengua que crea ella misma en ropa para interpretar la realidad’. También era conocido por su humor y su falta de filtro. En una ocasión, al describir su proceso de diseño para Chanel, dijo: ‘Mi trabajo no es hacer lo que ella hizo, sino lo que ella habría hecho. El buen Chanel es el que Karl hizo’. Estas citas y anécdotas reflejan la personalidad única de Lagerfeld y su enfoque poco convencional de la moda.

Ascenso en el mundo de la moda

Lagerfeld comenzó su carrera en la moda como aprendiz de Pierre Balmain, luego trabajó para Jean Patou, diseñando bajo el seudónimo de Roland Karl. En la década de 1960, comenzó a trabajar como diseñador independiente, colaborando con varias casas de moda, entre ellas, Chloé y Fendi.

En Fendi, Lagerfeld hizo historia al reinventar la piel, transformándola en algo ligero, moderno y atractivo. Además, creó el emblemático logotipo de doble F de Fendi, que se ha convertido en sinónimo de lujo y estilo.

Lagerfeld mencionó su mentalidad de trabajo durante una entrevista con la revista Vogue en 2015: “Nunca pienso en lo que hice antes. Y no me importa lo que haré después. Estoy solo concentrado en lo que tengo que hacer ahora”.

Dentro de sus influencias de diseño, Lagerfeld siempre citó la literatura y la historia como fuentes de inspiración. Sus colecciones a menudo presentaban referencias a diferentes épocas y culturas, desde el antiguo Egipto hasta la moderna París, reflejando su amplio conocimiento y su amor por el arte y la cultura.

Revolución en Chanel

Sin embargo, fue su unión con Chanel en 1983 lo que realmente catapultó a Lagerfeld a la fama mundial. En ese momento, Chanel estaba en declive. Lagerfeld revitalizó la marca, transformando el clásico traje de tweed de Chanel, introduciendo el uso de la doble C en los accesorios, e innovando en la manera de presentar los desfiles de moda, convirtiéndolos en auténticos espectáculos.

En una entrevista con Harper’s Bazaar en 2007, Lagerfeld explicó su enfoque en Chanel: “No soy un marketing person. Solo hago lo que siento. Si hay algo que quiero, supongo que hay otras personas que sienten lo mismo”.

La llegada de Lagerfeld a Chanel en 1983 revolucionó la marca. Su reinterpretación de los diseños clásicos de Chanel y su introducción de nuevos elementos estilísticos revitalizaron la marca, incrementando las ventas y expandiendo la base de clientes a una generación más joven. Bajo su liderazgo, Chanel se convirtió en una de las marcas de moda más rentables y reconocidas del mundo.

Karl Lagerfeld: El hombre y la personalidad

Más allá de sus logros en la moda, Lagerfeld era conocido por su personalidad y apariencia únicas. Sus gafas de sol oscuras, guantes de cuero sin dedos, altos cuellos y coleta blanca se convirtieron en su firma distintiva. Era un amante de la literatura y la fotografía, y un devoto dueño de su gata Choupette, a quien a menudo se refería como una fuente de inspiración.

En una entrevista con Vanity Fair en 2012, Lagerfeld habló de su icónica apariencia: “Soy como una caricatura de mí mismo, y me gusta eso. Es como una máscara. Y para mí la caricatura es más real que la persona detrás de ella”.

A pesar de su genialidad y talento, Lagerfeld no estuvo exento de controversia. Su lengua afilada a menudo lo metió en problemas, y sus comentarios sobre temas como el peso y la apariencia de las modelos a veces generaban críticas. Sin embargo, también fue un pionero en la promoción de la diversidad en la moda, contratando a modelos de diferentes etnias, tamaños y edades.

Lagerfeld habló sobre su enfoque directo en una entrevista con The New York Times en 2006: “Soy muy sincero. No digo cosas que no pienso, incluso si es escandaloso”